Polvo estelar

Dicen que estamos hechos de estrellas ...

Polvo estelar, que somos eso. El resultado de la colisiòn de un astro o de la muerte del mismo. Dando vida a lo que ahora somo nosotros.. humanos.

Polvo estelar.. estelas musitadas, danzantes de la vida en un ir y venir còsmico nos trancendemos hasta el momento de volver a nuestro origen el cosmos. 

-Areadna Ramirez.

Bitàcora. Dìa 362 de 365

La noche era fría

Hay cierta penumbra en la noche de hoy ... fría, tenue. Casi me recuerda aquella ocasión.. donde la noche era fría y tu piel vestida de estrellas fue suficiente para hablarle a los libros de ti. 
  

Mía.

Ella era mía... Lo creí porque yo fui la mortal que la imagino siendo formada por partículas de estrellas para permanecer conmigo. Era un cúmulo de ambigüedades, indecisiones y contradicciones dispersas; más que una mujer parecía una fascinante nebulosa perdida en el universo. La contemple como la mas hermosa creación, conocía cada parte de ella desde lo físico a lo emocional, desde su aroma hasta lo mas intelectual que pudiera ser. Era una especie de complicidad entre los astros fugaces y yo... Moría por conocerle, hablarle y formar parte de su mundo.. ese mundo que a la distancia acostumbre añorar y algún día alcanzar .. alcanzar lo inalcanzable. A ella.  Tarnscurren lunas antes de que descidciones me llevasen a hacerlo y al momento la encontré llorando, rota en tantas partes, disolviéndose en la oscuridad del universo. Ella no sabia que en cada sueño la construí no para que su brillo se pagase, Jamas. Pude llegar a ver a la mujer que contemple destrozada y yo una vez mas quería reunir cada parte de ella, la reconstruiría, por mas heridas que fuesen seguiría perfecta y también seguiría sin mi. Nunca supo que yo haría lo que fuese por tenerle, nunca supo que fuí yo quien se deleitaba contemplandola noche tras noche admirandola nunca supo que fuí yo quien la diseñe.                                                                                                                    

Poesía hecha mujer

• No ocupaba ver el cielo para apreciar las estrellas; bastaba verla a ella, con sus cabellos despeinados, su piel sin maquillaje, esas ojeras marcadas de desvelos sin razón; bastaba verle caer, tropezar, llorar, romperse en mil piezas tan bellas y comenzar a repararse a sí misma; bastaba admirarla, expresar el arte, caminar sin ritmo ni motivos al escuchar su canción favorita; bastaba verle perder la cordura, la paciencia, la timidez, con un cigarrillo entre sus dedos. Era imposible no llegar a la locura cuando admiras a alguien así, llega a rozar la perfección hecha mujer...